Una tarde que pensaba iba ser como cualquier otra, “el gran arquitecto el universo” me tenia preparada una hermosa enseñanza para mejorar mi obra, esa tarde pude observar a dos pequeños en una esquina y que la vida con ellos una lección me iba a dar, el un muchachillo de no más de 13 o 15 años y ella una pequeña de unos cinco años de edad, limpiaban carros y escupían fuego para unos pesos poderse ganar, no se por que me detuve pero algo me invito con detalle a observar, al tener los chiquillos unas cuantas monedas, sus caritas vi iluminar y escuche como la niña decía “hermanito ya nos alcanza para un refresco y también para comprar un pan”.
Mi corazón se estremeció pues pude imaginar a mis dos hijos pequeños, sin abrigo y sin hogar, la impotencia me invadía no sabia ni que hablar, que podía ofrecerles a esos pequeños en esos momentos de necesidad, los vi acongojado, como se sentaron a compartir el agua y el pan, me pregunte en donde estarían sus padres, que desgracia les sucedería ya, que les deparaba la vida, a esa corta edad y cuando yo me la mentaba de esa suerte tan infame, algo muy bello yo pude apreciar, como el hermano mas grande miraba con una ternura sin igual a ese pedacito de ángel que con hambre devoraba el pan, y justo a la mitad ,ella se detuvo y le dijo “come hermanito que yo me acabo de llenar” “ya no tengo hambre y solo un poquito de refresco voy a tomar”, el muchachito le dijo, no hermanita, te lo puedes acabar, que yo estoy para cuidarte que nada malo te pueda pasar, pude ver en sus miradas una fuerza si igual y mi corazón se estremeció pues pude detectar, que no había tristeza en ellos solo fuerzas para luchar, que amor tan sublime, el de esas hermosas criaturas, de caritas cubiertas de suciedad.
A punto de mis lagrimas rodar, me di cuenta de cuan mezquino había sido, siempre pedí todo sin estar dispuesto a nada dar, mi sentimientos condicione, siempre pregunte ¿Me amas? Busque demostraciones físicas o materiales, sin darme cuenta que lo sublime y lo exquisito es lo más sencillo, en mi faceta egoísta creí ser merecedor de todas las atenciones, por que pensé que eso era amor, que era la atracción física o la sensación de bienestar que me transmitía la compañía otro ser humano.
¿Pero que es el amor? pocas veces repare en algo tan sutil, es algo intangible, algo que mis cortas palabras no pueden definir, es esa magnífica energía que transmuta al universo, ese halito de vida que pocas veces sentí, que me invita a brindar todo, sin nada exigir, ya no debo querer ser amado, eso solo debe de venir, el amor es energía cósmica, si la brindo sin mal sano interés sus manifestaciones mas puras podre distinguir, en lo sencillo esta lo sublime, solo debo darme unos momentos para sentir, por que a veces entre los hombres lo que llamamos amor suele estar condicionado, pero eso es lo que en nuestro corazón y en nuestra mente sembramos, por eso no nos sorprende cuando nada cosechamos.
Pero acaso es tan difícil encontrar el amor ¡no! Yo mismo lo he encontrado, en un beso de los hijos, en la mirada de mi esposa, en un abrazo de mis hermanos, en la vida entera de mis padres, ahí esta el amor mas desinteresado, por que ellos no les importa si soy rico o pobre, si soy ignorante o letrado, para el amor no hay palabras, solo sentimientos exaltados, Ha pero el amor también debe ser cultivado, cual flor de un jardín, siempre debe ser regado, darme en esencia y en sentimiento es lo que estoy necesitando, al ver esas bellas criatura la verdad pude distinguir, eran seres de luz, por que ellos la trajeron a mi, ellos no eran pobres eran inmensamente ricos, por que su riqueza no se media en dinero, sino en el amor que ambos pequeños se profesaban, no cabía ya en ellos e inevitablemente al mundo derramaban, al observar como se alejaban los niños riendo alegremente, comprendí que no fui yo el que acudió en su auxilio, fueron ellos los que me brindaron su hermosa energía y di gracias, por que en esos momentos yo tenia mas necesidad, de unos pequeños reflejos de cielo, que iluminara a mi corazón en la obscuridad.
DE UN H:.M:.
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