Es viernes me encuentro laborando en la obra,
soy un obrero que talla piedra, ese es el oficio que quise adoptar, veo caer la
tarde y a las aves volver a su nido, veo maravillado como el cielo se comienza
a estrellar, y digo para mis adentros ha llegado la hora de ir a descansar, me
encuentro cansado y hambriento, además hoy es una bella noche en que se antoja
salir a disfrutar, más me doy cuenta de algo, aún me falta mucho por terminar, eso me llena de contrariedad, que hacer
primero cumplir con mis obligaciones, o ir a donde puedo la diversión encontrar, pero esto no dura mucho, pues ya se la decisión que he de tomar, le voy a decir
al maestro cantero, que mañana o el lunes sin falta voy a terminar.
Cuelgo mi mandil de cuero, me
formo con los demás obreros para poder mi herramientas en la columna guardar,
presuroso nos despedimos y con paso apresurado me dirijo a la salida de ese
lugar, Veo de pronto al pie de la
columna aun encorvado viejo, que después de terminar sus labores aún se dispone
a trabajar, comienza tallar una piedra tosca, que alguien abandono
por que se dio cuenta que era imposible labrar, y me digo “esa piedra nunca la
va acabar de moldear, es la más dura y áspera, no sé qué busca de ella solo
grava y astillas se pueden sacar”, para
no perder más el tiempo corro con los demás compañeros y cada uno retorna a su
hogar.
Mientras me alejo de la obra,
pienso que es lo que voy a cenar, meto mis manos a mis rasgados bolsillos, y
con sorpresa descubro que no tengo monedas para poder comprar pan, recuerdo que he gastado dinero que no era mío
y me dije que pronto lo iba a pagar, el
trabajo escasea y tengo tanto que solventar, me lleno de desesperación, pues vivo
en la miseria y en la infelicidad, pero
de pronto digo, bueno eso les pasa a todos, todos por malos momentos tenemos
que pasar, eso templa el carácter es parte de este mundo tan material, en eso
me encuentro un querido hermano, que me dice no hay por qué sufrir y llorar
vente vamos a divertirnos, ya mañana todo va a cambiar.
Mientras me decía; si es cierto
no hay por qué preocuparse ya mañana todo se arreglara, llegamos a una hermosa
fiesta en ella estaban otros hermanos que disfrutaban de ese bello lugar, todos
se veían que habían sido bendecidos, hablaban de dicha y prosperidad, me di cuenta que no me
relacionaba con ellos, pues mi mente estaba en otro lugar, no gozaba de la
recreación, por más que yo quería olvidar, me sentí aburrido ahí ya no podía
estar, me despedí de todos deseándoles salud alegría y prosperidad, regrese el
camino que había andado y por la cantera tuve que pasar, vi una tenue luz dentro de la obra, y temí
que un ladrón se pudiera colar, me acerque con sigilo y pude darme cuenta como
el viejo encorvado aún continuaba arrodillado y sus rodillas y manos sangraban
de tanto cincelar, y en las penumbras yo veía la piedra igual, y me dije solo
pierde el tiempo hasta cuándo se va a cansar, vi como el anciano se iba de lado
y me dije el pobre ya no se puede parar.
Decidí entrar al taller para
poder al viejo auxiliar, al acercarme le dije; buenas noches querido hermano,
¿en algo lo puedo ayudar? El sin voltear a verme me dijo, si querido hermano me
podrías acercar más luz para poder detallar, dentro de mí y en las penumbras me
dije: pobre viejo piensa que está logrando algo con esa piedra cuando los
mejores maestros no lo han podido lograr, no han podido alizar ni un
milímetro y ahora este anciano me dice
que va a detallar, cuando acerque más la vela, maravillado pude contemplar,
como un lado de la piedra había sido desbastado y no había aristas que pudieran
lastimar, ¿Cómo, es posible que haya
logrado esto? le dije, esta era una piedra bruta que nadie podía alisar, el
simplemente sonrió, y me dijo ahora si querido hermano ayúdame a parar.
Al ver lo que había logrado me di
cuenta que las cosas si se podían lograr, y me dispuse a trabajar hasta el
amanecer para que el tiempo yo pudiera recuperar, prendí las luces del taller y
mi mandil comencé a anudar, y el anciano me dijo en ese momento ¿acaso ahorita
vas a trabajar? Y le conteste muy entusiasmado, si gran maestro su ejemplo me
vino a inspirar, pero el me dijo, tómalo con calma o tus ganas no van a durar,
¿a poco piensas que eso lo logre en una noche? No, esto ha sido fruto de una
vida de saber mi tiempo administrar, cuando todos se iban yo dedicaba unas
horas más a tallar, trabajaba discretamente por eso no me daba a notar, tenía
mi meta puesta en esa piedra y sabía que un día la podría moldear, he estudiado en silencio la forma de esa
piedra y como sus vetas desbastar, la conozco, milímetro a milímetro, hablo con
ella y le pido que me permita su más bella forma alcanzar, le susurró al oído y
le digo que no hay piedra más hermosa en este lugar, y así poco a poco ella me
ha dejado descubrir la bella forma que en su interior quiere despertar.
Anda querido hermano ya es hora
de que vayas a reposar, lo que no hiciste en una vida o en un tiempo, en unas
cuantas horas no lo vas a realizar, pero mañana muy temprano disponte a
trabajar, comienza así, un día tras otro, y veras que ¡solo cuando estás cansado ,es
cuando se puede descansar!, dale su tiempo al estudio, y date tu tiempo para
disfrutar, ¡haa! ya sé que tienes muchas deudas pero ahorita no te tienes por
qué preocupar, mejor ocupa tu tiempo, y no lo vuelvas a desperdiciar, al decir
esto estiro su mano y me entrego mi regla de 24 pulgadas que hace tiempo en el
taller había dejado olvidada.
Con estas palabras se despidió el
anciano, y cuando me disponía a volver a mi hogar, recordé de pronto que en el
fondo de mi saco había guardado un poco de pan, y en ese momento comprendí que
nada llega solo, que el alimento físico, siempre trae alimento espiritual, y
solo me queda ahora usar correctamente mi regla de 24 pulgadas, para que mi
vida pueda equilibrar.
Es cuanto de un H:. M:.